Relato: La Laguna. Lombán, la tía Adelita y Pelo Paja (I)
Autor: José Antonio Borrego Suárez.
Si no quieres complicarte la vida, a Lombán no puedes acercarte. Si lo haces, te expones a entrar en la sutil telaraña de la sospecha.
En el pueblo todo el mundo sabe que su presencia es un peligro, una amenaza, la del proscrito.
Lombán acude todas las noches de luna grande a la laguna, a coger cangrejos. Él llama a esta luna, luna de oriente. Yo lo acompaño.
Yo soy pelo paja, antes tenía otro nombre, pero él me lo puso por el color del pelo. El otro nombre ya no me importa.
Cuando voy con él a la laguna, la noche me da algunos bocados de miedo, pero lo resisto bien. Atrapamos los cangrejos en el fango de la orilla y en las bocas de los caños que mean en ella. La laguna de noche tiene el color de las cucharas que pone mi tía Adelita los días que tenemos visitas. Mi tía dice que son de plata de ley. Durante el día la charca tiene el color de las barrigas de las ranas verdes.
Lombán se me parece a una garza cuando anda de pesca. Primero se quita los zapatos y los pantalones, tiene las patas muy largas y entra en el agua. Coloca las trampas, luego menea la cabeza como ellas. Parece que tiene un tic nervioso. Yo creo que mira a los cangrejos con los oídos.
Lombán solo tiene un amigo, soy yo. Mi tía Adelita, que es mi madre, bueno como si lo fuera porque ella me crió. Cuando mi madre murió, poco después de que naciera, mi tía dice que la pobre echó toda la fuerza que tenía en mí. Mi padre me dejó con ella y le dijo: toma, un hijo, no vas a tener otro. Mi padre es un sinvergüenza, no perdí mucho cuando se marchó.
Mi tía dice que Lombán no tiene amigos porque las autoridades le condenaron a ser un maldito y, además, porque el pueblo es un montón de cagados, sobre todo los hombres, que solo tienen cojones para preñar y beber vino peleón.
Dice también que ni los tiene, ni los tendrá. Solo tú mientras la edad te lo permita.
Yo estoy seguro que cuando sea grande, lo seré, como ahora. Sí, tendré cojones como mi tía Adelita.
(Segunda parte de este relato:
https://camposdelsur-literaturablog.blogspot.com/2020/06/la-pena-segunda-parte-de-lomban-y-los.html)
Autor: José Antonio Borrego Suárez.
Si no quieres complicarte la vida, a Lombán no puedes acercarte. Si lo haces, te expones a entrar en la sutil telaraña de la sospecha.
En el pueblo todo el mundo sabe que su presencia es un peligro, una amenaza, la del proscrito.
Lombán acude todas las noches de luna grande a la laguna, a coger cangrejos. Él llama a esta luna, luna de oriente. Yo lo acompaño.
Yo soy pelo paja, antes tenía otro nombre, pero él me lo puso por el color del pelo. El otro nombre ya no me importa.
Cuando voy con él a la laguna, la noche me da algunos bocados de miedo, pero lo resisto bien. Atrapamos los cangrejos en el fango de la orilla y en las bocas de los caños que mean en ella. La laguna de noche tiene el color de las cucharas que pone mi tía Adelita los días que tenemos visitas. Mi tía dice que son de plata de ley. Durante el día la charca tiene el color de las barrigas de las ranas verdes.
Lombán se me parece a una garza cuando anda de pesca. Primero se quita los zapatos y los pantalones, tiene las patas muy largas y entra en el agua. Coloca las trampas, luego menea la cabeza como ellas. Parece que tiene un tic nervioso. Yo creo que mira a los cangrejos con los oídos.
Lombán solo tiene un amigo, soy yo. Mi tía Adelita, que es mi madre, bueno como si lo fuera porque ella me crió. Cuando mi madre murió, poco después de que naciera, mi tía dice que la pobre echó toda la fuerza que tenía en mí. Mi padre me dejó con ella y le dijo: toma, un hijo, no vas a tener otro. Mi padre es un sinvergüenza, no perdí mucho cuando se marchó.
Mi tía dice que Lombán no tiene amigos porque las autoridades le condenaron a ser un maldito y, además, porque el pueblo es un montón de cagados, sobre todo los hombres, que solo tienen cojones para preñar y beber vino peleón.
Dice también que ni los tiene, ni los tendrá. Solo tú mientras la edad te lo permita.
Yo estoy seguro que cuando sea grande, lo seré, como ahora. Sí, tendré cojones como mi tía Adelita.
(Segunda parte de este relato:
https://camposdelsur-literaturablog.blogspot.com/2020/06/la-pena-segunda-parte-de-lomban-y-los.html)
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