José Antonio Borrego Suárez
Ahora Richard pedalea en una bicicleta
de recuerdos y vientos.
Por las veredas de la memoria,
por los caminos de los amigos.
Tú, que arrancaste la voz
al silencio, la palabra al miedo,
que te metiste en las enfangadas tinieblas del olvido,
iluminando la oscuridad,
rescatando del tiempo la verdad,
y sepultando la mentira.
Quiero decirte amigo
que mientras que yo pise
estos horizontes, tu silueta
será parte de ellos,
y cuando alguien me pregunte
qué es aquello que a lo lejos
levanta el polvo,
diré que es Richard que pedalea,
que es Richard mi amigo.
Ahora Richard pedalea en una bicicleta
de recuerdos y vientos.
Por las veredas de la memoria,
por los caminos de los amigos.
Tú, que arrancaste la voz
al silencio, la palabra al miedo,
que te metiste en las enfangadas tinieblas del olvido,
iluminando la oscuridad,
rescatando del tiempo la verdad,
y sepultando la mentira.
Quiero decirte amigo
que mientras que yo pise
estos horizontes, tu silueta
será parte de ellos,
y cuando alguien me pregunte
qué es aquello que a lo lejos
levanta el polvo,
diré que es Richard que pedalea,
que es Richard mi amigo.
Qué maravilla! Condensas en tus hermosas palabras sus vertientes como historiador de la memoria con una imagen de ciclista de aire cervantino. Creo que él estará orgulloso.
ResponderEliminarMuy emotivo. Gracias!
ResponderEliminarQuien quiera escuchar que escuche la palabra escrita, esa que llega a todos porque baja desde lo más alto. Es el epitafio para el que no muere, porque está en las memoria de todos.
ResponderEliminarQue maravilla!! Escoges las palabras exactas que pareces que te antecedes a nuestros pensamientos, siempre estará presente en nuestra memoria y en nuestro pueblo, gracias por recordarlo de forma tan bella
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