José Antonio Borrego Suárez
Los arcanos de la desmesura, son tirados sobre la mesa, que danzan en el universo de una fatigada noche. Una noche donde los presagios anuncian peligros. Noche con sucios dientes de odio. Dispuestos a devorar a dentelladas el miedo y comerse la locura. El duro silencio se impone en los preámbulos. La suerte está echada y la sangre será vertida. El acto con su voluntad inapelable y antigua ha determinado que las navajas se cimbreen, en el espacio denso del duelo. Una luz de ceniza alumbra el callejón. Una luz propicia para la muerte.
Los contendientes inician el ballet. Un ballet donde aletean dos cuervos negros. Uno es herido y el otro cae muerto.
Las cartas son recogidas…los arcanos están cumplidos. Tenemos que irnos porque el horror sacó sus colmillos. ¿Quién nos asegura que la sed fue saciada? Nos llevamos al herido que aún nos pertenece, dejamos el muerto que ese no es nuestro.
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