José Antonio Borrego Suárez
Aquel niño que se perdió calle abajo
como la figura de un sueño,
que se aleja y se disuelve en el fondo
del tiempo,
que miramos y encontramos en ese
instante de pesadumbre, de máxima
soledad.
Aquel niño era uno de los que le tocó
perder,
enredados por los vientos malos
que venían de muy lejos e iban más
lejos aún, vientos ingratos, injustos.
Perdido en la lejanía de la mirada,
en el sucesivo transcurrir de los años,
en el denodado esfuerzo por escapar
del aquel inhóspito invierno, que lo atrapó
y acompañó calle abajo cuando se marchó.
Soplan los vientos su memoria
y cuentan su vida... Cuentan hasta sus años
de hombre,
y dicen que no escapó de la pobreza
y que en ella murió.
Comentarios
Publicar un comentario
Todos los comentarios son bienvenidos. Hay un derecho de revisión y moderación de los comentarios, pero intentamos preservar la libertad de expresión al máximo posible.